
Los billetes de cinco y diez pesetas del Banco de España conocidos como “certificados de plata” fechados en 1935 son piezas de particular interés en la notafilia española por varias razones. En primer lugar, por ser los primeros y únicos en la historia de nuestra notafilia en disfrutar el respaldo físico de un metal precioso como la plata. A pesar de la novedad en España, el respaldo de billetes en circulación por cantidades físicas equivalentes de oro o plata no es monopolio del Banco de España, ya que fue utilizado anteriormente en la emisión monetaria de países como Estados Unidos, Cuba, Holanda, Bulgaria o Serbia entre otros. Las razones para utilizar esta forma de respaldo suelen ser dos: El aumento de valor del metal utilizado para acuñar monedas en circulación muy por encima del valor facial de las monedas, o la pérdida de confianza del público en las emisiones de papel moneda fiduciaria sin respaldo físico.
En el caso de las emisiones del Banco de España de 1935, la primera de estas explicaciones parece la mas ajustada, ya que la depreciación de la peseta en los primeros años 30 hizo que las monedas de plata en circulación fueran desapareciendo del mercado por el mayor valor del metal que el facial de las piezas.
Pero el hecho de que esta emisión sea la pionera de muchos billetes fraccionarios del Banco de España emitidos entre 1935 y 1954 así como la única respaldada por un metal precioso no son las únicas peculiaridades de esta emisión. Estos dos pequeños billetes también rompieron la tradición establecida en las emisiones del Banco de España de 1925, 1928 y 1931 de representar personajes ilustres en sus billetes. Finalmente, tanto la introducción de estos billetes en 1936 (encargada al Ministerio de Hacienda en vez de al Banco de España en un principio) como la retirada de esta emisión de “dinero enemigo” por el gobierno de Franco en 1939 otorgan un carácter peculiarmente interesante a los certificados de plata.
Todos estos apuntes y muchos otros de gran interés histórico están recogidos en el magnífico estudio de Francisco Javier Rodríguez Sánchez titulado “Los billetes denominados Certificados de Plata” y publicado en octubre de 2016. En lugar de repetir aquí los muchos datos recopilados en ese estudio, recomiendo su lectura a todos los interesados en la historia del billete español.
Mi aportación a la historia ya conocida radica en el descubrimiento hace varios años en el archivo de la casa impresora inglesa de Bradbury Wilkinson & Co (BWC) de una serie de interesantes pruebas fotográficas preparadas para el Banco de España y para el gobierno de la República Española. De ese archivo, destacan entre otras unas pruebas de billetes divisionarios de cinco y diez pesetas fechadas entre 1935 y 1938. Se trata de dos parejas de anverso y reverso de cada denominación.


Las primeras parejas, son virtualmente idénticas a los billetes finalmente puestos en circulación el 17 de octubre de 1936, pero con dos importantes y muy interesantes diferencias. Primero, su fecha. Gracias a documentos del Consejo de Ministros, se pensaba hasta ahora que los certificados de plata (fechados simplemente 1935) fueron encargados a la casa BWC el 21 de mayo de 1935, mientras que paralelamente el Banco de España había encargado a los grabadores Maura y Delhom unos diseños alternativos para imprimir localmente en España.


Sin embargo, las pruebas fotográficas obtenidas del archivo de BWC están fechadas 3 de mayo de 1935 ya con el diseño final. Es decir, el gobierno republicano había encargado billetes divisionarios en Inglaterra meses antes de lo que suponíamos hasta ahora.
La segunda diferencia de interés es que las pruebas fotográficas fechadas 3 de mayo de 1935, aunque idénticas en diseño gráfico a las finalmente emitidas, no son certificados de plata, sino convencionales “pagarés al portador” del Banco de España. Es decir, el diseño de los billetes con la leyenda “pagará al portador” en los primeros meses de 1935 fue modificado en los primeros meses de 1936 para incluir la leyenda “certificados de plata” en apoyo de la decisión del gobierno de reemplazar la moneda de plata en circulación por una nueva moneda republicana de cinco y diez pesetas.


Las segundas parejas de pruebas fotográficas de cinco y diez pesetas obtenidas del archivo de BWC están fechadas 9 de junio de 1938 y ahora si llevan la leyenda “certificado de plata”. Estas bonitas pruebas de diseño netamente republicano no llegaron a ver la luz por la razón obvia de que la República perdió la guerra y las emisiones fueron en adelante retiradas a la casa inglesa BWC en favor de impresores alemanes (Giesecke & Devrient) italianos (Coen Cartevalori) o locales (Portabella y eventualmente la FNMT).
En fin, estas pruebas aportan un modesto pero muy interesante “eslabón perdido” a la breve historia de los certificados de plata emitidos por el Banco de España en el difícil contexto de la guerra civil.
La razón de que fuesen rechazados las primeras opciones en las que figuraba el BdE con la leyenda «pagará al portador» se debió a la negativa del Banco a aceptarlos ya que legalmente no podía emitir billetes de valor inferior a las 25 pta. Hay que recordar que el BdE era una empresa independiente del gobierno de la nación aunque supervisada por él.
El banco si se comprometió a ponerlos en circulación pero no con su aval por lo que el emisor tuvo que ser el ministerio de Hacienda.
En realidad en estos billetes no podía figurar la leyenda de «se pagará al portador» fuese quien fuese el emisor porque estos billetes eran la moneda en si misma, por eso deben denominarse como «moneda de papel» y legalmente son tan moneda como la metálica
MUY BUENO EL COMENTARIO.SOBRE LAs
PRUEBAS DE BILLETES DEESOS AÑOS.
Un artículo muy interesante, muchas gracias Jaime y preciosas pruebas fotográficas.