
Disfrutar de nuestros billetes y nuestra colección puede ser un placer para aquellos que sean aficionados a la historia. Perderse entre libros antiguos en una biblioteca antigua y aprenderse fechas de memoria no es la única manera de aprender historia.
Los billetes, sobre todo los más antiguos, representan documento escrito de lo ocurrido en el pasado y nos dan la perspectiva de lo ocurrido en la época e incluso de la mentalidad de la sociedad del momento.
Los pioneros en el papel moneda fueron los chinos. Se tiene conocimiento del uso del papel moneda en épocas anteriores a Cristo. La dinastía Ming utilizaba los billetes para transportar dinero entre diferentes puntos fronterizos y así evitar las pesadas cargas de monedas de metal.

Desde una perspectiva Europea, los primeros billetes conocidos como tal, fueron utilizados en Suecia en el siglo XVII. El valor del metal de las monedas de la época era superior al valor facial y por lo tanto, se produjo una escasez de circulante. Una de las medidas que se tomaron consistió en imprimir billetes.
Los primeros billetes de los que hay constancia aparecen en el año 1661 que se entregaban como recibo para quien depositaba oro u otro metal precioso en el Banco de Estocolmo.

A España los billetes llegan a finales del siglo XVIII, durante el reinado de Carlos III. El banco de San Carlos, de capital privado, comenzó a emitir lo que en la época se conocían como cédulas. Similar al caso sueco, se emitían unos certificados de título nominal que eran intercambiables por el metal precioso depositado en el banco.
Su uso se popularizó rápidamente por ser mucho más cómodos de llevar que una bolsa llena de monedas.

Este banco, el de San Carlos, fue uno de los precursores del Banco de España actual, pero esta es otra historia.
En nuestro país vecino del norte, en Francia, el primer intento por emitir billetes de papel moneda ocurre entre 1716-1720 con la aplicación del sistema de Moore. Este sistema emitía unos billetes a cambio de oro que posteriormente podían ser utilizados para el comercio y la compraventa de acciones de empresas. Debido a la alta especulación que conllevó este sistema, resultó en un fracado.
Más tarde, y pasadas varias décadas, ya en la época de la revolución Francesa, se volvió a emitir papel moneda con los asignados «assignats». Emitidos por el tesoro en 1789, generan una enorme inflación y el fracaso del sistema a partir del año 1791.
Finalmente, Francia establece un nuevo sistema en el año 1800 con la emisión del billete de 500 francos. Emitida por la Caisse des comptes courants, entidad que posteriormente será absorbida por el Banco de Francia.

Este es un sistema que perdura hasta la época actual con la entrada del Euro.
A veces se tacha a la notafilia como el más joven de los hermanos de la familia numismática. Sin embargo, ha quedado evidenciado que la notafilia tiene mucha historia. Si excluimos el continente chino, la notafilia moderna es una disciplina que comprende casi cuatro siglos de historia.
Se el primero en comentar