Los billetes de Schrödinger

Como soy más vago que un oso perezoso con depresión, he aprovechado un pequeño debate a golpe de comentario en un grupo de facebook para subir un poco de contenido a mi querida y casi abandonada página.

¡Aviso! el contenido que va a leerse a continuación puede herir la sensibilidad de algún fanático de la casa certificadora.

El «debate» en cuestión venía por un billete anunciado en la casa de subastas Aureo, de Barcelona, que aún habiendo sido recortado de un margen lateral, se le había concedido un 67EPQ.

Iliberis, un comerciante y coleccionista de Barcelona, detectó el fraude y puso sobre aviso a la casa de subastas, que si bien en un primer momento lo retiró, lo volvió a anunciar señalando en la descripción su condición de «Recortado». Y aquí comienza la polémica.

He hecho una superposición de una imagen del billete original con una opacidad del 30% con otra del billete después de haber sido recortado, y después enviado a certificar. La linea gris que podéis ver a la derecha es el trozo que falta.

El debate en cuestión es que a Iliberis, con muy buena intención por su parte, le parece poco moral que la casa de subastas no retire el billete a sabiendas que está manipulado, y argumenta que una certificación con 67 crea confusión y distorsiona la información que el comprador debe tener a la hora de comprar, no siendo suficiente la aclaración por parte de la casa de subastas.

¿Se ha equivocado PMG al certificar?

Pues teniendo en cuenta que PMG no mide los billetes a la hora de certificarlos, la respuesta es que, bajo mi punto de vista, PMG no se ha equivocado. De hecho, aunque los midiera, no podría determinar la medida exacta del billete, ya que en la misma imprenta, al cortar los billetes que originalmente vienen en plancha, muchas veces manualmente, el corte no tiene una exactitud milimétrica, por lo que no todos los billetes tienen exactamente la misma medida. En este billete en particular, para poder detectar la manipulación, era necesario disponer de una fotografía del original y esto evidentemente no puede hacerlo la casa certificadora.

Por lo general se piensa que al enviar un billete a PMG, éste va a ser analizado minuciosamente por gente con bata blanca, en unas instalaciones modernísimas e introducirán el billete en unas máquinas futuristas con la misma tecnología del acelerador de partículas, y la máquina determinará con precisión el grado exacto del billete… Pero nada más lejos: Lo examinará gente como nosotros delante de una lámpara en una oficina. Son profesionales y con mucha experiencia, eso no lo pongo en duda, pero con una carga de trabajo tan grande que favorecen las equivocaciones. Tienen tal volumen de billetes para certificar que con que se equivoquen una de cada 10.000 veces habría decenas de miles de errores.



Esta es la maquinita culpable de los márgenes recortados.

La trampa de los grados excelentísimos

Todos nos quedamos boquiabiertos cada vez que se remata en una subasta alguno de los grados excelentes de PMG. Y no es para menos, ya que se ven adjudicaciones de miles de euros por billetes que hay hasta debajo de las piedras, y que sin estar dentro del «plastiquito» se podrían comprar por unos pocos euros. Pero claro, cuando la calidad la mides en números y quieres lograr que tu colección sea única, la difencia de un 66 a un 70 parece abismal. Pero… ¿se puede justificar objetivamente esa diferencia de grado?

Yo al menos, no. Y tras analizar cientos de billetes certificados se llega a la conclusión que ellos tampoco. En cualquier caso, yo recomendaría, antes de embelesarse por una nota excelente, acordarse que el billete que aquí comentamos, ha subido de nota simplemente por cortar un poquito el margen… (O quizá lo habría obtenido de igual modo, que no sería la primera vez que se da un 67 a un billete con un ligero descentrado visible.) O cuanto menos no volverse loco por algo que nosotros mismos no podemos diferenciar, depositando una confianza ciega en la opinión de unos extraños.

¿Se ha equivocado la casa de subastas?

En mi opinión tampoco. Al final, lo que hace la casa de subastas al enviar un billete a certificar (o venderlo certificado) es lavarse las manos, y lo hace sobre todo porque cada vez hay más demanda de ello. No olvidemos que el comprador es quien ordena y manda…

Creo que la casa de subastas hace más que suficiente añadiendo en la descripción que el billete está cortado, y si alguien tiene queja debe dirigirla a PMG que es quien garantiza el billete.

¿Qué hay dentro de una cápsula de PMG?

Ante todo quiero insistir, en mi convencimiento de la profesionalidad de los graduadores de PMG, sobre todo de los que tengo la suerte de conocer personalmente, quienes tienen un ojo de halcón a la hora de encontrar desperfectos en el papel.

En mi caso personal, el motivo por el que tengo más desconfianza de los encapsulados es el EPQ, y la tolerancia que tienen en general con las manipulaciones.

A la hora de certificar, PMG equipara un billete lavado y planchado, con un billete que tan solo tiene un puntito de óxido. Se limita a quitar el EPQ y en la mayoría de casos eleva la nota del lavado, premiando así la manipulación.

Cada uno desde luego colecciona como quiere, pero bajo mi punto de vista es criminal comparar un billete perfecto, con su olor a papel viejo (o a lo que huela) que tiene un insignificante puntito de oxido fruto del paso del tiempo natural del billete, con otro billete que ha sido metido en un barreño con lejía (o lo que sea) después sumergido para reaprestarlo en algún otro barreño con otro líquido y finalmente aplanado con ahínco en una prensa o con algún rodillo.

…IGUALITO, mecagüenlaleche!

El problema se soluciona muy fácil cortando el plástico y sacando el billete, ¿Estás pensando eso, verdad?, pero en tal caso, de estar planchado, ya no podrías reclamarlo a nadie, produciéndose una paradoja espacio-temporal que podría mandarnos a la mierda a todos, porque para saber que está planchado (o al menos en muchos casos) debes sacarlo primero del plástico.

Por eso a los billetes sin EPQ me gusta llamarlos «los billetes de Schrödinger», ya que dentro de su plástico pueden estar planchados o no al mismo tiempo, y sólo sacando el billete te sacaría de dudas. (Aun teniendo el EPQ podríamos correr el riesgo de que se equivoquen, claro, pero es menos probable)

Al final yo no me complico y evito comprar billetes que están certificados, y de hacerlo, los saco del plástico asumiendo el riesgo, para disfrutar de mi billete.

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1 Comentario

  1. Es el negocio de moda, manipular los billetes para sacar una gran puntuación. PMG tiene un agujero y algunos se aprovechan de ello, Que Aureo indique el recorte del billete esta bien, es lo justo, que lo venda indicando es lo que debería ser obligatorio lo venda quien lo venda. Que ahora nos lo indiquen dejara un rastro que cualquiera que escarbe un poco podrá descubrir que es un billete manipulado.
    La pena es que no nos garantiza que alguien no sea engañado en un futuro.

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