Banco de Málaga Emisor de Billetes

La Junta de Comercio de Málaga solicitó una entidad emisora en Málaga.

La industria y el comercio llevaron a Málaga a ocupar un lugar destacado en la economía nacional durante los siglos XVIII y XIX. Había un floreciente comercio de exportación desde el importante Puerto de Málaga, de todo tipo de productos, de una Málaga emprendedora y muy activa comercialmente con los mercados mediterráneos y Británicos. Vinos, pasas, aceite, conservas, hierro y jabones se exportaban a toda Europa. Y, por supuesto, la industria malagueña tuvo una gran pujanza a mediados del siglo XIX. Para ayudar a esta industria, algunos de los más destacados empresarios locales vieron la necesidad de contar con un banco emisor de medios de pago. El Banco de Málaga se hizo realidad en 1856 y estuvo operando durante 18 años, hasta que se integró en el Banco de España como sucursal.

En el billetario español encontramos sus orígenes en los billetes emitidos por los siguientes bancos:

Banco Nacional de San Carlos (1782-1829)

Banco Español de San Fernando (1829-1847)

Banco de Isabel II (1844-1847)

Nuevo Banco de San Fernando (1847-1856), este último se transformaría en Banco de España (1856-2022).

Estos bancos tenían la exclusividad en emisión de papel moneda (billetes), siendo el principal emisor el Banco de San Fernando, que acabará siendo el Banco de España.

En este inicio del papel moneda, de una manera programada y con vocación de ayudar a la economía a resolver la escasez de metales, nos encontramos en el periodo que va desde el año 1844 al año 1874, llamándose esta etapa como Pluralidad de Emisión.

Es en este periodo de Pluralidad de Emisión cuando el sistema Bancario presento una expansión por toda España, como consecuencia de que el Banco de San Fernando y el Banco de Isabel II no tenían sucursales en las provincias españolas y la circulación de sus billetes se veía muy limitada a Madrid, cosa que dificultaba su conversión en metal por parte de los ciudadanos de las diversas provincias españolas.

Esta situación llevó a la iniciativa privada a la fundación de 20 Bancos en distintas capitales de provincia, con alguna excepción como Tarragona que contaría con más de uno. Estos bancos fueron solicitando en diferentes fechas y años autorización para emitir papel moneda circulante (billetes). Los bancos autorizados fueron los siguientes:

Banco Balear (1864 – 1874).

Banco de Barcelona (1844-1920/1923).

Banco de Bilbao (1857-2022).

Banco de Burgos (1863-1868/1870).

Banco de Cádiz (1846-1870/1909).

Banco de la Coruña (1857-1874/1875).

Banco de Jerez de la Frontera (1859-1874/1875).

Banco de Málaga (1856-1874).

Banco de Oviedo (1864-1874).

Banco de Palencia (1864-1868/1870).

Banco de Pamplona (1863-1874).

Banco de Reus (1862-1934).

Banco de San Sebastián (1862-1874).

Banco Santander (1857-2022).

Banco de Santiago (1863-1870/1871).

Banco de Sevilla (1856-1872/1874).

Banco de Tarragona (1864-1908/1926).

Banco de Valladolid (1857-1870/1888).

Banco de Vitoria (1864-1874).

Banco de Zaragoza (1857-1874/1875).

Estos bancos que hemos listado son los que llegaron a ser autorizados con el privilegio de emisión de billetes por el Gobierno de España al amparo del Código de Comercio de 1829.  Cierto es que inicialmente este privilegio de emisión fue muy restrictivo, pero a partir del año 1856 se autorizaron la mayoría de los bancos emisores de España.

Este periodo inicial de emisión de billetes no dejo de estar repleto de complicaciones y grandes desconfianzas por parte del público en general en los billetes, por los grandes vaivenes de la economía española, con las consecuentes fluctuaciones de las cotizaciones de los billetes respecto de su conversión en metal y las valoraciones de las propias acciones de los bancos. Por estos motivos se podían ver en apuros de liquidez.

Estos problemas llevaron a los Gobiernos de cada momento a legislar diferentes regulaciones sobre los requisitos para poder tener capacidad de emisión de billetes, estableciendo mínimos sobre el encaje en caja, sobre los capitales desembolsados de los bancos, así de unos porcentajes obligatorios reserva en metal.

Todos estos bancos pasaron por diferentes reglamentaciones, leyes, reales órdenes, normativas, regularizaciones, etc; promulgadas y promovidas por personajes de los diferentes gobiernos que las protagonizaron, podemos destacar los siguientes nombres: Jovellanos, Santillán, Bravo Murillo, Alejandro Mon, José Salamanca, Narváez, etc.

Con todo lo anterior llegamos al llamado Bienio Progresista (1854-1856) caracterizado por ser un periodo de expansión de la economía con fuertes inversiones en empresas ferroviarias de nueva creación por toda la geografía así como en minería, industria y grandes obras públicas.

En este entorno de fuerte expansión económica, el crecimiento en número de bancos de emisión (8) fue muy importante y a su vez en los ya existentes sus volúmenes de inversión y consecuentemente de emisión de billetes también experimentaron un gran aumento.

Es en ese momento cuando aparece en escena nuestro protagonista: el Banco de Málaga, fundado en 1856.

En diversas ocasiones desde el año 1844 la junta de comercio de Málaga había intentado la creación de un banco comercial y emisor, pero siempre había sido rechazada. En 1856 con la nueva Ley de Bancos de Emisión la Junta de Comercio de Málaga se apremió en pedir autorización al gobierno para la autorización de la creación del Banco de Málaga, al mismo tiempo encargo la redacción del reglamento y estatutos a una comisión, así como puso en marcha una presuscripción de los títulos de acciones que supero las previsiones por la gran demanda por parte de los vecinos de Málaga. Hay que tener en consideración que en Málaga no existían otros Bancos comerciales ni sociedades de crédito que se conozcan, aunque es evidente que algún comerciante que realizaba servicios de banquero seguro que sí existía.

Se constituyó una Junta Provisional de Gobierno que aprobó los estatutos y reglamento y convoco una primera Junta General de Accionistas y se puso al frente de las negociaciones con el Gobierno de España a Jorge Loring, Francisco Cooke Navarrot los dos casualmente yernos de Manuel Agustín Heredia, que era quien siempre había intentado fundar el Banco desde 1844 sin conseguirlo, aun siendo uno de los hombres más ricos de la provincia de Málaga. En esta primera junta también podemos encontrar nombres conocidos como Martin Larios, (que por aquel entonces residía en Málaga antes de exiliarse en París en 1868), Andrés Vílchez, Joaquín Ferrer, Fernando Ruiz Portal y más miembros de la familia Heredia.

En Real Orden de 8 de marzo de 1856 se comunicó el procedimiento necesario para conseguir la autorización.

La Junta Provisional de Gobierno levantó escritura pública ante notario el 13 de marzo de 1856 de la sociedad anónima mercantil denominada Banco de Málaga. Se fijó un capital social de 40 millones de Reales, siendo sólo necesario el desembolso de ¼ parte para poder empezar las operaciones de la sociedad. Los principales accionistas serian las familias Heredia 19%, Larios 14,2%, Crooke 8,2% y Loring 5,2%. En el mes de mayo se nombró director a Martín Larios, que ejercería el cargo hasta su muerte en 1873, subdirector Joaquín Ferrer y secretario a Manuel Rodriguez Berlanga.

El 30 de mayo el Gobierno respondió a la solicitud con las modificaciones obligatorias y necesarias en sus estatutos para su autorización, siendo el más importante una reducción del capital de 40 millones de Reales a 20 millones de Reales en un total de 10.000 acciones, cosa que limitaba la emisión de billetes, aunque el Banco de Málaga operó de 1856 a 1865 con un capital de solo 10 millones de Reales.

En Real Decreto de 27 de junio de 1856 se otorgó a los comerciantes de Málaga la autorización para la creación de un Banco de emisión, se aprobaron los estatutos el 28 de junio y los reglamentos el 9 de agosto, la escritura definitiva se firmó el 13 de agosto y la constitución del Banco de Málaga fue el 24 de setiembre con la publicación de la Real Orden, en Junta General de Accionistas se confirmaron los cargos y el 1 de noviembre empezaron las operaciones comerciales del Banco.

La emisión de billetes por parte del Banco sería prematura, ya en su primer mes de actividad puso en circulación billetes por un importe de 10,2 millones de Reales, cifra que aumentaría a 15 millones de reales en el siguiente año y llegaría alcanzar los 30 millones de reales en billetes en 1860.

Como curiosidad, en Málaga el público prefería los billetes de valores inferiores a los 2000 y 4000 reales, circulando en mucha menos cuantía estos que los de 100, 200, 500 y 1000 reales.

En el Banco de Málaga encontramos dos emisiones de billetes, una primera emisión de 24 septiembre de 1856, aunque todos los billetes son fechados a mano con la fecha de puesta en circulación y firmas manuscritas, con valores de 100, 200, 500, 1000, 2000 y 4000 reales.

Una segunda tirada de billetes de esta primera emisión se realizó en junio de 1862, a la que pertenece el billete que mostramos. Todos ellos impresos por la Casa Perkins Bacon & Cº de Londres.

La segunda emisión también es de setiembre de 1856, pero se cambió el modelo de los billetes por unos con colores según el valor, también fechados y firmados a mano e impresos en esta ocasión por MacLure & MacDonald, de Londres. Estos fueron puestos en circulación más tarde que los anteriores.

El ocaso del Banco de Málaga llega con la Ley de 1874, en un momento en el que se confiaba en su recuperación después de un periodo de crisis con muchos problemas y superado con esfuerzos, en ese momento se concedió al Banco de España el monopolio de emisión de billetes en el territorio nacional.

Una comisión compuesta por Manuel Larios, Jorge Loring y Tomás Heredia se desplazó a Madrid para protestar por la ley que eliminaba la pluralidad de emisión a los bancos provinciales. Una vez fracasadas las presiones al gobierno, Tomás Heredia fue encargado de negociar con el Banco de España la apertura de una oficina de este en la ciudad de Málaga con capital suficiente para que no se produjese una interrupción del flujo de caudales fiduciarios en la provincia en forma de billetes

A los bancos provinciales se les dio la posibilidad de elegir entre continuar como bancos comerciales o bien integrarse en el Banco de España como sucursales. Esta fue la opción elegida por los propietarios del Banco de Málaga, tras el decreto de 11 de junio que les dio una prórroga de 3 meses para liquidar el Banco, las expectativas de continuar como un banco se esfumaron y se decidió tras la intervención del Gobierno Civil de Málaga que instó la quema de los billetes y aceptar la fusión con una entrega de 6250 acciones del Banco de España que recibieron a cambio de sus títulos. Tras duras negociaciones el Banco de España adquirió el edificio sede del Banco de Málaga por 200.000 Pesetas y continuó operando como sucursal, suministrando papel moneda (billetes) a la economía malagueña.

Este edificio siguió activo como Banco de España hasta el año 1934 en que se mudaron al actual edificio de Avenida Cervantes 3 de Málaga.

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Natxos, uno de los mayores conocedores de billete local, especializado en la Provincia de Tarragona, con una amplísima colección.

1 Comentario

  1. Tengo billetes de 25 pesetas de Burgos 20 mayo de 1038. De 1 pesta de Madrid 21 Mayo 1943. De 22 julio de 1953, de 25 pesetas de Madrid 22 julio de 1954 de 1p0 pesetas de Madrid 17 noviembre deb1970 y 19 noviembre de 1965. Y de 5 pesetas de 22 julio de 1954

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